Guayaquil Turismo

Turismo Guayaquil, Lugares Turísticos Guayaquil
Guayaquil es tu destino turístico

Quien diga que en la urbe no hay nada que hacer, es porque no la ha recorrido. Conozca la nueva ‘perla del pacífico’, pulida y abrillantada en las dos últimas décadas.

Las tranquilas aguas del Guayas que bañan sus costas, los culebreros ramales de los esteros (rodeados de manglares) que atraviesan su interior, los cerros y colinas que delinean sutilmente su ‘cuerpo’, son parte de los invaluables recursos naturales que siempre ha tenido Guayaquil, y que la hacen única e ideales para explotarlos turísticamente. Una ‘suerte’ de entorno paisajístico y de atractivos que no siempre fueron aprovechados para atraer al visitante a la urbe; al contrario, por muchos años fueron relegados, olvidados y hasta mal utilizados.

En palabras de Joseph Garzozi, exdirector de turismo del Municipio de Guayaquil, no basta con tener el recurso natural para que un sitio sea considerado un destino, hay que crear toda una estrategia, con productos turísticos alrededor de él.

Y la realidad es que históricamente hablando, en la urbe siempre ha fluido naturalmente un insaciable interés por el desarrollo comercial, alejado del turismo. No es sino hasta hace poco más de una década cuando se decide, consciente y planificadamente, apostarle a esta área. Hoy, esas ideas visionarias de un grupo de personas que luchan por un Guayaquil turístico rinden frutos. Las cifras lo demuestran: 1’200.000 personas nos visitan al año. Sin duda, la ciudad va por buen camino con sus más de 90 atractivos turísticos inventariados, según el Ministerio de Turismo (Mintur).

Y el actual frente de batalla se concentra en el turismo de convenciones, un segmento interesante de mercado a decir de los expertos, que poco a poco gana terreno. ¿Pero realmente lo estaremos logrando? Hasta el momento, Guayaquil es la urbe con el centro de convenciones más grande del país (ya es reconocido a nivel regional); tiene un aeropuerto que ha sido galardonado y que opera los 365 días del año; además de contar con un sinnúmero de obras que muestran una cara distinta al momento de recorrerla, muy alejada de la que estábamos acostumbrados a ver durante los últimos 40 años.

Los expertos hablan al respecto.

Un viaje en el tiempo para recordar

Era la década del 70, una época importante para la urbe porteña. Estaba por cumplirse el llamado sesquicentenario, el aniversario 150 de independencia de Guayaquil. Grandes celebraciones y festejos, agarrados de la mano de destacadas obras públicas y civiles, se habían planificado. La creación del puente de la Unidad Nacional y la construcción del Centro Cívico eran dos de ellas. “Un futuro promisorio le esperaba a Guayaquil”, cuenta Melvin Hoyos, historiador y director del Museo Municipal de Guayaquil, pero “desgraciadamente la mayoría de los proyectos se desmoronaron”, acota.

Velasco Ibarra, quien estaba emprendiendo su quinto mandato presidencial (mentor de varias de esas propuestas), se declara dictador y posteriormente, después de dos años, es tumbado por el ejército. “Este acontecimiento le afectó mucho a Guayaquil… Nunca hubo inauguración oficial del puente, no se diga del Centro Cívico… Las fiestas no tuvieron el lucimiento que se pretendía”, dice Hoyos.

Aquel despertar turístico que podía haberse suscitado 40 años atrás se estancó. Es que, a pesar de contar con el recurso y atractivo natural, tenía pocos o casi nulos servicios turísticos. “A Guayaquil no se la miraba como una ciudad turística, sino como una ciudad de paso. Llegabas en el día, realizabas tus actividades o negocios, y te regresabas al final de la tarde”, aseguran funcionarios municipales.

Y es que, aparte de que el Guayaquil de ese entonces era pequeño comparado con el de hoy, eran escasos los sitios para visitar. “Estaba Las Peñas, que era un sitio destruido, muy venido a menos; los parques Centenario (antes plaza al estar abierto) y Seminario, que eran de visita casi obligada; la catedral, aunque no estaba terminada ni tenía todos los vitrales que tiene ahora; y el malecón Simón Bolívar, donde en aquel entonces solo se podía visitar el monumento de Simón Bolívar y San Martín y la Torre del Reloj, nada más, porque si te ibas más al sur (hacia el antiguo mercado) te robaban, y si te ibas más al norte (con dirección a Las Peñas y al cerro Santa Ana) te violaban”, relata Hoyos.

Para el historiador el ‘movimiento turístico’ solo era local. Estaba mayormente concentrado en paseos familiares de los guayaquileños por la avenida 9 de Octubre, como parte de un ‘ritual’ dominguero.

Hacia la zona del estero Salado, donde actualmente está el malecón del mismo nombre, lo único interesante que había eran los paseos en bote que partían de un muelle contiguo al colegio Vicente Rocafuerte, pero que posteriormente se dejarían de realizar por la contaminación del brazo de mar, y se reactivarían a futuro con la construcción del malecón.

En el sector del cerro Santa Ana era utópico hablar de turismo, ya que era uno de los sitios más peligrosos de la urbe. “Antes era cueva de ladrones… Hoy es uno de los sitios más visitados por los turistas”, dice Garzozi.

Sin duda una década caracterizada por el estancamiento. Es que “en los 70 el progreso de la ciudad fue lento”, recalca Hoyos.

Guayaquil levanta el vuelo

Guayaquil pasó por etapas muy marcadas en las últimas décadas, las cuales son fáciles de distinguir, debido a los cambios positivos y negativos que trajeron.

Durante los 80 la urbe da un giro hacia el abandono. “Las calles se llenan de gigantescas montañas de basura y cráteres (huecos)… Esas imágenes marcaron la etapa oscura, durante la cual resultaba inconcebible que la gente viniese, porque Guayaquil era una cloaca que apestaba”, cuenta el historiador Melvin Hoyos. Para Louis Hanna, presidente de la Cámara de Turismo de Guayaquil, era el resultado de la “doble problemática a la que estuvo sometida Guayaquil. Tuvimos pésimos alcaldes y gobiernos centralistas… Esto obligó a la ciudad a acostumbrarse a trabajar y progresar por sí sola”.

Ya en los 90 empieza el resurgir desde las cenizas. “Recién entre los años 1995 y 1996 se le devuelve la esperanza en un futuro mejor… Se limpiaron las calles y se taparon los huecos, se rescató la vialidad… Se sentaron las bases del nuevo Guayaquil”, explica Hoyos. Fundamentos que vinieron acompañados de decenas de obras públicas y viales como la construcción de puentes a desnivel, el rescate del edificio municipal, hoy considerado uno de los pocos bienes patrimoniales arquitectónicos de Guayaquil; la recuperación de los mercados de víveres; el inicio del proyecto del malecón 2000; además de muchas otras obras emprendidas por el fallecido exalcalde León Febres-Cordero. La posta de ese progreso la toma quien, a criterio de Hoyos, “es el responsable de convertir en turístico a este nuevo Guayaquil”, es decir el abogado Jaime Nebot, actual burgomaestre.

Es que, aparte de las obras que estaba por emprender con la denominada ‘regeneración urbana’ y de crear productos turísticos alrededor de los recursos naturales de la ciudad, en su administración se establece formalmente el área de turismo. “Recién en el 2001 se empieza a trabajar toda una estrategia de comunicación y la marca ciudad para promocionarla”, relata Joseph Garzozi, exdirector del área. Desde entonces, la inversión que se ha hecho en turismo aproximadamente es de 20 millones de dólares, cifra que “es nada comparada con los resultados extraordinarios obtenidos”, agrega. El cambio en Guayaquil no solo se dio en infraestructura, sino en obra social, lo que representa el 70% del presupuesto municipal. “Mejoró la autoestima y la calidad de vida de los ciudadanos… Esto hizo que en los últimos 15 años se mire a Guayaquil como destino turístico”, agrega Rossana Armas, funcionaria municipal.

Ahora, el 46,88% de los extranjeros que ingresan al país la eligen, según datos del Mintur. Las visitas de los nacionales en 2012 superaron las 414 mil. Garzozi asegura que esto significa que el puerto es visitado por alrededor de 1’200.000 personas cada año.

Más de 90 atractivos turísticos por conocer

No son dos ni tres, sino decenas de opciones que tiene Guayaquil para recorrerla, pasearla y vivirla a plenitud todo el año. Basta con decidirse a salir (si es local), o comprar un tique de bus o aéreo (si es nacional o extranjero) para conocer la Perla del Pacífico.

Con un clima cálido todo el año, un poco más caliente, húmedo y lluvioso los primeros meses (de enero a abril), y más refrescante, en especial por las noches, lo que resta del calendario; con una temperatura anual promedio de 25 °C, un ‘Guayaquil light’ espera por usted. Bajo ese eslogan, la Alcaldía emprendió tiempo atrás una estrategia publicitaria para darse a conocer turísticamente, dentro y fuera del Ecuador. “Hemos salido en las mejores revistas y periódicos del mundo como el New York Times y Forbes”, cuenta Garzozi, donde además se la da a conocer como un sitio mágico del Pacífico Sur.

Con ello, la idea es animar al visitante a recorrerla por varias rutas y corredores turísticos que fueron reducidos a 23 opciones, con múltiples actividades de entretenimiento y esparcimiento. La aventura empieza al pie del Guayas, en el malecón Simón Bolívar, para luego avanzar al regenerado cerro Santa Ana, con sus más de 400 escalones que lo conducirán hacia el Faro, un sitio perfecto para captar panorámicas.

Al descender hacia las faldas de la colina esperará por usted el barrio más antiguo, Las Peñas, resguardado en la entrada con aquellos cañones que antaño batallaron contra los piratas, con su única, angosta y corta calle empedrada, donde se mantienen firmes las pocas casas de corte republicano, de fachadas de madera.

El trayecto continúa con visitas a museos (ver cuadro) e iglesias como la catedral de San Pedro, con decenas de coloridos vitrales; Santo Domingo, la más antigua; San Francisco y la Merced, entre otras.

Las plazas y parques como el Seminario (conocido como de las Iguanas), el Centenario (con el monumento de la columna de los próceres); la plaza de las artes (al sur), el parque Baquerizo Moreno, el parque lineal, entre otros, también forman parte de la lista; así como los miradores de la ciudad (del cerro Santa Ana, del Carmen -con el monumento al Sagrado Corazón de Jesús- y el de Bellavista); el malecón del Salado con su novedosa fuente de agua danzante de colores (con dos próximas a inaugurarse en otros puntos); el puente zigzag, que atraviesa el estero Salado; los paseos en bote por el Guayas y el estero; las visitas a reservas naturales como Cerro Blanco y Puerto El Morro; decenas de centros comerciales…. Una amplia gama de 92 atractivos turísticos, según el Mintur; 12 de ellos naturales y 80, manifestaciones culturales.

Adicionalmente, la Empresa Pública de Parques Urbanos y Espacios Públicos abre sus puertas a la práctica de actividades culturales, recreativas y deportivas, con sitios como los parques de Samanes e Histórico Guayaquil y la isla Santay. Y aunque los dos últimos no están dentro de los límites geográficos de la urbe, se hallan cerca. En el primero, podrá admirar al Guayaquil de la era de la pepa de oro, con casas de antaño (1900), y otras cosas; en el segundo, realizar un turismo más natural.

Y si es amante del ciclismo, el Ministerio de Cultura y Patrimonio lo anima a efectuar desde el año pasado ciclopaseos patrimoniales por la ciudad, los cuales justo hoy se reactivan con un recorrido por museos y monumentos del casco central. La salida está pautada para las 8:00 desde el Museo Presley Norton (9 de Octubre y Carchi, esquina) y tendrá una duración promedio de dos horas.

Los malecones con tecnología y seguridad

Desde siempre la vida de la ciudad ha girado en torno al río Guayas y al estero Salado. Inicialmente, para ser explotados a través del comercio, en especial en la zona céntrica-este, donde hasta hace 40 años aún ingresaban y salían (aunque escasos) barcos con víveres, abastos y mercadería al malecón Simón Bolívar.

Al trasladarse la vida portuaria al sur, los muelles del centro quedan abandonados, convirtiéndose en cuevas de ratas, refugio de mendigos y guarida de ladrones, donde pocos se atrevían a poner un pie. Tan solo las zonas del reloj (Torre Morisca) y la rotonda escasamente eran visitadas. Realidad que se mantuvo hasta finales del siglo pasado cuando empezó la metamorfosis de la ciudad y se logra convertir al malecón Simón Bolívar en el punto turístico más concurrido de Guayaquil.

“Más de 20 millones de personas nos visitan al año”, confirma Jonathan Gómez, director de la Fundación Malecón 2000, organismo que además tiene a cargo la administración del malecón del Salado, ubicado en el centro-oeste de la ciudad, al pie del estero, con aproximadamente nueve millones de visitas durante el año, de acuerdo con los datos obtenidos mediante sensores localizados en los portones de ingreso del área.

Tras una inversión de más de 120 millones de dólares, realizada por autogestión, en gran parte financiados con la donación de los impuestos de miles de ciudadanos que le apostaron al cambio propuesto por la Alcaldía de entonces, los malecones abrieron sus puertas al público en 1999 (cuando se entrega la primera fase del Simón Bolívar) y en 2003 (cuando se inaugura la primera etapa del Salado) con una oferta turística múltiple. El primero, con siete áreas distribuidas en sus más de 17 hectáreas de extensión de la obra.

Desde la zona sur, en el sector del Palacio de Cristal (antiguo Mercado Sur), escenario constante de ferias y exposiciones, se puede empezar el recorrido de más de dos y medio kilómetros de largo de la monumental obra. Siguiendo el trayecto hacia el norte, pasará por el monumento a José Joaquín de Olmedo, el área del centro comercial Bahía Malecón, la Plaza Cívica, los juegos infantiles y área de deporte, extensos jardines tropicales (hoy con la exposición temporal de la Prehistoria hasta el 11 de agosto), para finalizar en el sector del Cinema-malecón (antes IMAX), contiguo al Centro Cultural Simón Bolívar, donde se encuentra el Museo MAAC.

En el malecón del Salado, con más de cinco hectáreas construidas, se puede visitar la Plaza Rodolfo Baquerizo Moreno (con su salón de eventos), la de los escritores (con sus vitrales con poemas), la Plaza de la Salud, el Muelle de los Mariscos (con su variada oferta gastronómica), la zona de la Ferroviaria (con su parque y malecón), el puente 5 de Junio que atraviesa la avenida 9 de Octubre, el puente El velero (que se enciende por las noches con luces celestes y blancas), el patio de comidas y, por supuesto, la novedosa fuente de agua danzante, que por las noches deslumbra a los asistentes con su luminosidad multicolor e imágenes proyectadas sobre el agua.

A todo esto se suman más de 190 espectáculos y eventos gratuitos que se desarrollan dentro de ambos colosos, como el suscitado la semana anterior, con la llegada del segundo festival de globos aerostáticos ‘Globo Fest 2013’, en el área de la Plaza Cívica del malecón Simón Bolívar, entre otros; a los que semana a semana acude la ciudadanía (tanto local y nacional como extranjeros) para disfrutar de la divertida oferta que muestra la urbe.

Y más allá de la planificación de actividades de entretenimiento, sin duda, parte de la clave del éxito en ambos sitios se debe a su seguridad interior.

“Contamos con un sistema de alta tecnología de monitoreo a través de 350 cámaras de seguridad (270 en el S. Bolívar y 80 en el Salado) colocadas por todos los rincones de ambos malecones”, asegura Gómez, sin olvidar mencionar a las decenas de guardias privados que resguardan las instalaciones. “Las personas se sienten 100% seguras aquí”, anota el funcionario y enfatiza en los casi mil parqueos privados (720 en el S. B. y 250 en el Salado), que sirven anualmente a un millón de vehículos en total.

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Son la puerta de entrada y, sin duda, la primera impresión que se llevan los viajeros de una ciudad. Y, muchas veces, dependiendo de su apariencia, servicio y calidad de atención, es muy probable que ayuden a decidir si volver o no al destino arribado. En ese sentido, no cabe duda de que Guayaquil se lleva la medalla de oro con sus actuales terminales aérea y terrestre, reconocidas no solo localmente sino a nivel internacional por sus óptimas condiciones y funcionamiento. “No tienen nada que envidiar a otras terminales del mundo”, opina Joseph Garzozi, exdirector de turismo del cabildo.

Esta es una realidad de la que no siempre se pudo jactar la ciudad.

Terminal terrestre

Cuarenta años atrás ni siquiera existía. “Recién en la segunda etapa del 70 es cuando se empieza su construcción como parte de un proyecto presentado por Rafael Castro Abad”, cuenta el historiador Melvin Hoyos, para recién en 1985 ser inaugurado.

Se trataba de una megaedificación de tres niveles altos, que prometía desarrollo y progreso a la ciudad, pero que desde sus inicios causó problemas y no pudo ser aprovechada al máximo. El segundo piso alto se inhabilitó totalmente por riesgo a un derrumbe, debido a problemas estructurales.

Con los años, ante la falta de mantenimiento adecuado si hizo presente el deterioro, la insalubridad e inseguridad, convirtiendo a la terminal en una verdadera puerta de entrada de terror a la ciudad.

No es sino hasta el nuevo milenio (2002), cuando interviene la Fundación Terminal Terrestre en la reconstrucción y restauración de la edificación.

Es así que tras una inversión aproximada de 50 millones de dólares en 2007 se entrega el edificio principal, para luego inaugurar en su interior un centro comercial denominado ‘Outlet Mall Terminal’, con 123 locales (96 comerciales y 27 de comida) y 124 islas (minilocales), distribuidos en su mayoría en la planta baja. “Parece un aeropuerto o un mall moderno”, comenta Miguel Sánchez, uno de los más de 113 millones de usuarios que han arribado y salido de la terminal hacia diversos puntos dentro y fuera del país, según datos de la fundación obtenidos desde el 2007 hasta el 2012, en los que se ha visto un aumento progresivo año tras año. Esto le ha significado un ingreso superior estimado de 14 millones de dólares a la terminal, por tasas y concesiones, durante el 2012.

En la gran terminal operan en total 88 cooperativas, de las cuales 21 son de tipo intraprovincial, 65 interprovinciales y dos internacionales.

Como quedarse en el cielo

Arribar al aeropuerto José Joaquín de Olmedo de Guayaquil es casi como quedarse en el cielo. Sus cómodas, modernas y relativamente amplias instalaciones (con relación a los de su misma categoría, de menos de cinco millones de pasajeros al año), sumadas a los servicios de calidad que presta, lo hacen sentir así; o al menos es lo que reflejan los estudios que lo han hecho merecedor de varios premios internacionales desde su apertura en 2006. Así lo confirma Nicolás Romero Sangster, gerente general de la Fundación Autoridad Aeroportuaria, encargada de velar por los intereses del recinto, en el cual se invirtieron alrededor de 85 millones de dólares y donde, aclara, “el municipio no gastó ni un centavo… la inversión la hizo el concesionario”, cuenta, como parte de las estrategias que ha aplicado la administración municipal en varias de sus obras.

En este caso específico, desde que el expresidente Gustavo Noboa dictaminó que los aeropuertos pasaran a ser manejados por los municipios en el 2000, el ‘vuelo táctico’ que aplicó la alcaldía fue claro: “Tenía que ser concesionado con la debida supervisión de la fundación y el cabildo”, acota Romero.

Es así que el anterior aeropuerto Simón Bolívar, nacido en la década del 60, hoy convertido en el Centro de Convenciones de Guayaquil, inicialmente se remodeló para después trasladarse a la nueva terminal en 2006.

Hoy por hoy, gracias a ese convenio que durará hasta 2024, la ciudad recibe el 50,25% de los ingresos brutos regulados del aeropuerto, que hasta ahora ascienden a 150 millones de dólares. “Nos entregan entre 20 y 25 millones anuales y, adicionalmente, 1,5 millones de dólares desde 2006 para manejo administrativo”, revela el funcionario aeroportuario, quien señala que con esos fondos se construirá el futuro aeropuerto de Guayaquil que estará localizado en la zona de Daular, el cual ya cuenta con gran parte de los estudios de factibilidad (ver apartado El Daular).

Hasta entonces, la actual terminal entrará en un proceso de ampliación, el cual estaba previsto para años posteriores, pero que se ha adelantado por los constantes cierres que sufre Quito desde la apertura del aeropuerto de Tababela. “Esto atrasa y acumula en cola tres y hasta cuatro vuelos diarios… Hay momentos en que en la sala de preembarque hay personas sentadas en el suelo”, explica. Por eso, se duplicará el tamaño de esa área, se colocarán de tres a cuatro mangas más (cifra que está por definirse) para el arribo de los aviones, se arreglará la llegada nacional ampliando los carruseles y el lobby y se colocarán dos ascensores más, entre otras cosas, con una inversión promedio de 8 a 10 millones de dólares.

En el aeropuerto operan cuatro aerolíneas nacionales (Tame, Aerogal, LAC y LAN Ecuador) y nueve internacionales (American Airline, Avianca, Copa Airlines, Iberia, KLM, LAN, Taca, Tame y Aerogal), que se espera aumenten sobre todo operaciones, conexiones y frecuencias internacionales, pues la terminal opera todo el año sin interrupción por sus óptimas condiciones aeronáuticas. A él ingresan cerca de cuatro millones de viajeros al año.

El Daular’, futuro aeroportuario

Hasta el momento el ‘vuelo’ de El Daular ha sido sostenido y sin turbulencias. “Ya hay estudios de aeronavegabilidad… Se instaló una estación metereológica automática de alta tecnología que costó 200 mil dólares para captar la velocidad y dirección del viento, las capas de nubes, aproximación de tormentas, lluvias, visibilidad, etc.”, dice el gerente de autoridad aeroportuaria. El resultado: el 99,75% de los aterrizajes será óptimo. Incluso se podrían realizar visualmente, pero siguiendo la norma internacional contará con los instrumentos de ayuda de aterrizaje exigidos. Parte de sus novedades es que contará con tres pistas paralelas, algo poco común, que a decir de Joseph Garzozi, exdirector de turismo, lo convertirían en el mejor aeropuerto de Latinoamérica y séptimo del mundo. “Es como tener tres aeropuertos en uno”, acota Garzozi. La terminal, en teoría, estaría lista para operar en 2024, es decir al finalizar la concesión actual.

Las convenciones: presente y futuro

Después de conocer todo lo que ofrece turísticamente Guayaquil, una ciudad portuaria eminentemente mercantil, no es extraño que apunte su mira turística hacia un nicho corporativo concentrado en el segmento de las convenciones. Una modalidad interesante que persigue a un mercado con mayor poder adquisitivo, es decir atraer a personas con alta capacidad de consumo durante sus visitas.

Se trata de “una búsqueda lógica”, a decir de Nicolás Romero Ordeñana, gerente general de Expoguayaquil, empresa encargada de administrar el Centro de Convenciones de Guayaquil Simón Bolívar (Ccgsb), inaugurado en 2007, con una inversión de siete millones de dólares que sirvió para el proceso de reconstrucción y remodelación del edificio donde funcionaba el anterior aeropuerto y convertirlo en un centro multifuncional de 25 mil metros cuadrados, donde es posible llevar a cabo convenciones, ferias y demás eventos.

“Tenemos 18 salas en total, con distintos tamaños, todas bajo el mismo techo, comunicadas entre sí; tres de ellas tienen una extensión de más de 7.500 metros cuadrados comunicados entre sí a través de minisalas…”, cuenta, como parte de su oferta, que lo convierten en el lugar más grande del país dedicado a ese rubro, donde actualmente se realizan alrededor de 700 eventos al año, con una visita promedio de 700 mil personas (cifra del 2012).

Y esta visión es compartida por los distintos agentes turísticos de la urbe, entre ellos Louis Hanna, presidente de la Cámara de Turismo del Guayas; Joseph Garzozi, experto en turismo y exfuncionario municipal; y Gino Luzzi, presidente de la Asociación Hotelera de Guayaquil, quienes consideran que el presente y el futuro turístico del Puerto Principal están en el turismo corporativo.

No solo por su clima cálido, o su capacidad hotelera o por su aeropuerto moderno que se mantiene abierto todo el año, sino que además “todos ganamos”, dicen. Lo demuestran las cifras (ver cuadro). Según datos reales proporcionados por Romero, con una convención internacional que tenga en promedio una asistencia de 150 a 2.000 personas, ingresan a la ciudad entre 400 mil y 4 millones de dólares, respectivamente, en una semana.

Si bien es cierto no siempre se dan eventos de esa talla en la urbe, sí se han dado algunos casos, entre ellos el Congreso de Empresas Aseguradoras y Brockers de Seguros realizado en el 2008. “Hasta ese momento había sido el evento más grande de la ciudad al que asistieron más de mil personas del exterior”, cuenta Romero. Asimismo ocurrió en el caso del Congreso Internacional de Gastroenterología, al que acudieron 1.500 profesionales extranjeros.

Y para 2015 y 2017 se vienen dos eventos importantes: el Congreso de Avicultura de las Américas y el Congreso Mundial de Orquideología, respectivamente.

Sin embargo, lograr que estos y otros eventos de talla internacional se desarrollen en Guayaquil implica una durísima competencia con otras ciudades de la región y el mundo, una tarea nada sencilla, explica Romero, debido a que se necesita invertir gran cantidad de dinero. “En promedio, 30 mil dólares (o más) se necesitan para postularse por cada evento… Y solos no podemos hacerlo, es necesario crear un buró de convenciones en la urbe”, revela.

El planteamiento lo comparten los demás expertos que consideran que “es el momento justo para crearlo”. Una idea que se viene cocinando desde hace 12 años, pero que no ha podido hacerse realidad por falta de unión de las partes involucradas… “No hay diálogo entre el sector público y privado… Cada uno hace lo suyo por su lado”, opina el catalán Jaime Rull, presidente ejecutivo de Horitzo Group, entidad organizadora de ferias y eventos en Guayaquil como la FITE (Feria Internacional de Turismo del Ecuador), Guayaquil Gastronómico y otros celebrados tanto en el Ccgsb como en el Palacio de Cristal (otro de los espacios abiertos para esa finalidad, aunque de menor tamaño), que son auspiciados principalmente por el municipio con una inversión anual promedio de 450 mil dólares.

Ricardo Baquerizo, director de Expoplaza, pionero en organizar ferias sectoriales en la urbe desde hace más de dos décadas (1992), dice: “Ya es tiempo de unirnos todos y crear el buró… No nos estamos inventando la pólvora, esto ocurre en muchas ciudades importantes y funciona”. Él considera que, aunque Guayaquil ya es un destino de convenciones reconocido en la región andina y Sudamérica en general, hay que seguir trabajando para ganar más espacios, en especial a los competidores cercanos como Bogotá y Lima, que están despegando en ese sentido. Baquerizo ha organizado eventos dirigidos a la construcción, sector inmobiliario, de seguros, para la belleza, educación, entre otros, siendo uno de sus más destacados el ‘Auto Show’.

Oferta hotelera

Y a todo esto, el crecimiento hotelero ayuda, en especial los de la categoría de lujo y de primera, que en la actualidad supera las 2.200 habitaciones.

A pesar de que hace 40 años no existían registros exactos sobre la capacidad hotelera, a memoria Gino Luzzi, presidente de la Asociación de Hoteleros de Guayaquil, con una experiencia de más de 35 años, asegura que en la década del setenta no se llegaba ni a 500 habitaciones. Cifra que se duplicó en la década de los ochenta a más de mil y en los 90 a poco más de 1.500.

Hoy, la ocupación anual promedio es del 65% al 75%, por lo que el turismo corporativo ayudaría a aumentar esos números significativamente, pues también en muchos hoteles se ofrecen espacios para la realización de eventos, congresos y ferias, aunque de menor magnitud.

Entre las novedades están las recientes aperturas del Wyndham Hotel Guayaquil, a orillas del Guayas, y el Holiday Inn, junto al aeropuerto; a las que se sumarán en los próximos años el Swissotel, que estará en el centro y contará con 250 habitaciones repartidas en dos torres de 40 pisos, las cuales se constituirán en las más grandes del Ecuador. Asimismo se abrirá el Giardini Hotel Boutique, también en el centro porteño, con 80 cuartos.

Un proyecto guayaquileño une cultura y turismo

Desde este domingo en Guayaquil será posible recorrer parte de sus lugares históricos patrimoniales en bicicleta. Un nuevo programa de difusión cultural y turística se pondrá en marcha.

El museo Presley Norton, en la avenida 9 de Octubre y Carchi, será el punto de partida, a la 10:00, de la ruta conocida como de la Ciudad Nueva.

Esa edificación, construida en 1943, es considerada una casa patrimonial de la ciudad y que desde el 2007 se convirtió en un centro cultural y museo que alberga 8 000 piezas arqueológicas del investigador Presley Norton.

Desde allí, los turistas podrán pedalear por un circuito que tendrá paradas en sitios históricos y turísticos como la Columna de los Próceres, Plaza Vicente Rocafuerte que marcó el límite de la Ciudad Nueva; la Plaza de la Administración, el Parque Seminario, Iglesia Catedral, Museo Nahim Isaías, Malecón culminando en el Centro Cultural Simón Bolívar, junto a Las Peñas.

El Ministerio Coordinador de Patrimonio y el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) se han unido para desarrollar este proyecto cultural y turístico.

“Nos parece importante que la gente tenga una visión turística y también que los guayaquileños volvamos a reconocer esta ciudad. La idea es volver a conocer esa ciudad que vivimos diariamente, pero no solo por el lado patrimonial”, explica Érika Espín, técnica del Ministerio Coordinador de Patrimonio.

Para la ruta de la Ciudad Nueva, el Ministerio proporcionará gratuitamente las bicicletas y cascos para los recorridos. Sin embargo, cualquier ciudadano se puede sumar con su propio vehículo.

El proyecto incluye la ruta de la Ciudad Vieja, de la que forman parte el barrio Las Peñas y el cerro Santa Ana; y la ruta del Cementerio. Esta última fue lanzada en octubre del 2011 y está en fase de señalética e implementación.

Este último trimestre se pondrá en marcha el proyecto alternadamente un domingo cada ruta. El objetivo para el próximo año es que las rutas operen los fines de semana de manera simultánea.

Lo novedoso es que además de guías bilingües, para el caso de los extranjeros, los recorridos estarán acompañados de actores quienes a su manera contarán aspectos de la historia de dichos sitios.

A María Crespo y Alejandra Serrano, la idea de las rutas les parece una alternativa interesante. Las dos turistas cuencanas, que el lunes recorrían Las Peñas, lamentaron no saber andar en bicicleta. Pero analizaban la posibilidad de extender sus vacaciones en Guayaquil hasta el fin de semana. “Igual queremos ver si podemos empaparnos de cada punto del recorrido”

Nuevas fuentes para 4 sectores de Guayaquil

Fuente Guayaquil Ecuador

Finos chorros de agua salen desde el suelo, cada uno de ellos con un color distinto. Morado, amarillo y azul son los más vistosos. Los visitantes se paran entre ellos y algunos se mojan con las salpicaduras. Otros atraviesan túneles de agua y observan imágenes de Guayaquil en una pantalla de chorros.

Esta interacción será posible cuando se cristalice el proyecto municipal que prevé la construcción de fuentes que se inaugurarán el próximo año en cuatro sectores de la ciudad. Una estará ubicada en la intersección de las avenidas Isidro Ayora y Francisco de Orellana. “La cercanía a la que se situará el espectador permitirá la perfecta visualización de las gradaciones de color de los motivos, juegos de persecuciones entre ellos y utilización de refrescantes efectos de niebla”, señala el informe realizado por la empresa española Ghesa, la única oferente en la etapa de diseños y que fue la responsable de la monumental que se inauguró el año pasado en el estero Salado, entre la cdla. Ferroviaria y el puente 5 de Junio.

La que estará cerca de Bastión Popular ocupará un espacio entre zonas de vegetación existentes en la plaza. Se llevará a cabo una instalación visitable que permitirá al público adentrarse en ella y caminar entre sus motivos, explica Ghesa.

La segunda fuente es decorativa y estará ubicada en la intersección de las avenidas John F. Kennedy y de las Américas, en donde estaba el monumento al expresidente Eloy Alfaro.

“Se aprovecharán los taludes de la pradera existentes en el centro de la glorieta para enfatizar el estanque, de forma circular, que ocupará gran parte de la plataforma superior”, dice la presentación de Ghesa. Y los juegos propuestos se alternarán cíclicamente con movimientos suaves, creando una variedad de combinaciones y coreografías en el agua.

En las avenidas Barcelona y Rodríguez Bonín estará un complejo de cuatro fuentes interactivas, ubicadas en el parque que el Cabildo inauguró en las fiestas julianas de este año, aledaño al puente Portete.

Aquí habrá varios tipos de elementos interactivos (sensores pisadores y detectores de proximidad) en donde los visitantes podrán abrir puertas para adentrarse en cúpulas de agua, túneles o atravesar superficies de agua. Además varios chorros formarán una pantalla para proyectar imágenes.

Los asistentes se convierten en coprotagonistas, disfrutando con juegos programados de la fuente y con aquellos creados por ellos mismos, señala el estudio de la empresa española.

La cuarta fuente estará en las avenidas 25 de Julio y Pío Jaramillo, en los bajos del intercambiador de tráfico y por donde pasará la ruta 2 de la Metrovía. La parcela en la que se la instalará consta de dos áreas diferenciadas: un área peatonal semiajardinada y un espacio residual alargado, sin urbanizar, en el área más próxima a la terminal de integración de buses.

“Se han configurado para la representación de la majestuosa figura de un ave en su vuelo, con surtidores configurando cola y alas en movimiento de aleteo”, explica Ghesa sobre el diseño para esta obra y agrega que el dinamismo y la velocidad son algunas de sus características básicas.

Además constará de elementos en permanente cambio de forma y altura y esos motivos serán visibles tanto al pie de la fuente como de las orejas viales superiores del intercambiador.

El gerente de la Fundación municipal Guayaquil Siglo 21, Wilfrido Matamoros, refirió que la construcción de las fuentes tiene un costo aproximado de $ 2’450.000 más IVA.

También explicó que con la oferta de Ghesa se hará un concurso con la modalidad de régimen especial porque intervienen diseños que se encuentran protegidos por ser creación de la empresa, por lo que se reservan el derecho de autor.

Ghesa justifica que las fuentes han sido creadas con la idea de proporcionar entretenimiento para toda la familia, atrayendo la atención de los visitantes hacia ellas durante todas las horas del día con objeto de transformar los espacios en entornos únicos y privilegiados, destacando por su dinámica de cambios suaves para representar atractivos y relajantes escenarios de agua durante el día y por cambios rápidos de agua y color para dotar de fuerza y gran expresividad a las zonas durante la noche.

Una vez que se adjudique la obra, lo cual se prevé hacer el 10 de octubre próximo, se firmará el contrato durante ese mismo mes, según Matamoros, quien explicó que se le solicitará a la contratista que entregue dos fuentes para las fiestas julianas del próximo año (av. Barcelona y av. John F. Kennedy) y las otras dos para las de octubre (av. 25 de Julio y Francisco de Orellana, al sur y al norte).

Algunos ciudadanos se muestran felices por las nuevas fuentes, pues dicen que ya no será necesario aglomerarse en el malecón del Salado para observar la fuente monumental sino que también se podrá disfrutar de las otras que estarán en varios puntos de la ciudad y en las que se podrá jugar. La que está afuera de la terminal terrestre es la de más difícil contemplación por donde está ubicada.

Un pulmón Verde para Guayaquil

El Parque los Samanes, proyecto para el año 2014, sera el tercero mas grande de latinoamerica y un nuevo espacio ecologico para Ecuador.

Parque Los Samanes Guayaquil

Seran casi 380 Hectareas las que comprendera el nuevo pulmon verde de Guayaquil, parque Los Samanes, parte del megaproyecto gubernamental de generacion y restauracion de areas verdes llamado Guayaquil Ecologico. El Proyecto de Los Samanes se eligio a traves de un concurso nacional que gano el arquitecto guayaquileño Ricardo Mortola. ¿Uno de sus impresionantes efectos? aumentara en 7.5 metros cuadrados el espacio verde por habitante de la cuidad ecuatorial.

Situado al lado del rio Daule, al noreste de Guayaquil, Los Samanes estara dividido en un area de reserva natural y otra recreacional. La Primera presentara 130,30 hectareas de remanente de bosque seco, donde podra practicarse avistamiento de aves. El area recreativa contara con mas de 500 mil arboles, vias pavimentadas, mas de 50 canchas deportivas, vivero, granja pedagogica, area de eventos masivos, ciclovias, pistas para trote y caminata, un balneario, infraestructura para deportes nauticos, el Museo del Niño, un parque de diversiones y un museo de ciencia y tecnologia. Tendra tambien sector de camping, pista para equinoterapia y una superficie dedicada al arte y contemplacion, con lago artificial, entre otros. Todo lo anterior sera creado respetando las condiciones de los remanentes naturales presentes en el lugar, ademas de considerar aspectos como la eficiencia energetica y el reciclaje.

Marcela Aguinaga, Ministra de Medio Ambiente de Ecuador, ha dicho respecto de esta enorme obra: «Es un proyecto absolutamentepositivo. De aqui a diez años quisiera sobrevolar Guayaquil y ver esa gran mancha verde para decir «ese es nuestro Parque Samanes».

La iniciativa total de Guayaquil Ecologico tiene tres ejes de accion – Isla santay, Parque Los Samanes y Estero Salado – todo con el proposito de entregar espacios ecoamigables en la ciudad.

A esperar, entonces, por este verdadero monumento al medio ambiente.

Puerto Engabao Busca Progreso en el Turismo

18 familias acondicionaron sus casas como hospederías comunitarias para recibir a los turistas

Puerto Engabao Ecuador

Los habitantes de las comunas más pequeñas, una de ellas Engabao, perteneciente al cantón Playas, también apuntan a un desarrollo turístico que les permita mejorar su calidad de vida.

Estos lugares, los cuales por años han estado en abandono, recién les está llegando el alcantarillado y la energía eléctrica. Hoy, gracias a la unión de un grupo de personas que apostó por brindar servicios turísticos, se construyó un pequeño malecón para utilizar los recursos que les brinda la naturaleza y así expender sus especialidades gastronómicas.

“Tenemos 40 módulos que son duplex, es decir restaurante y bar, atendidos por dos familias”, dijo Pedro Miranda, presidente de la Asociación.

Esta iniciativa les ha dado trabajo a cerca de 300 personas, quienes han puesto sus expectativas en este feriado. “El año pasado para esta temporada llegaron alrededor de 4.000 mil personas; son familias que vienen en carros particulares porque es un lugar tranquilo y seguro”, detalló.

Este es un balneario a donde llegan los turistas a pasar el día, pues no cuentan con servicio de hospedaje.

Quienes desean hospedarse pueden hacerlo en la comunidad Puerto Engabao, a cinco minutos de la comuna.

Es que en este lugar sus habitantes emprendieron un proyecto de hospedería comunitaria, lo que se sumó a sus ingresos familiares.

Julio Villón, presidente del comité promejoras de la comunidad Puerto Engabao, dijo que varios actores sociales los ayudaron para emprender el negocio. “Nosotros pusimos una contraparte con el terreno y el trabajo, iniciamos 16 familias y ahora somos 18 las que hemos visto los buenos resultados”, enfatizó.

En este lugar se paga 7 dólares por persona la noche, cada habitación está en condición para recibir de cuatro a cinco personas.

Mientras Villón comentaba los beneficios de haber incursionado en este negocio, sus vecinos terminaban de acondicionar las habitaciones que serían ocupadas por las familias desde (ayer), pues ya todas estaban reservadas.

Esta comunidad está compuesta por 80 familias, alrededor de 300 habitantes, cuya actividad principal es la pesca.

“El turismo nos ha devuelto las ganas de salir adelante, porque a veces la pesca no deja ganancias. Una vez llegué de la jornada sin nada para comer, pero al entrar a la casa mi esposa me comentó que una pareja se había hospedado; eso fue un alivio, con ese ingreso mi familia ya tuvo para comer; es lo mejor que nos ha podido pasar”, sentenció.

Este sistema de hospedaje propone que las familias compartan con los visitantes, pues las instalaciones de la casa están a disposición de los viajeros.

“Ellos pueden utilizar la cocina y otras instalaciones, la familia también elabora alimentos para los huéspedes”

En el lugar se venden almuerzos en 2,50 y platos a la carta dependiendo de lo que pidan los huéspedes.

Este lugar es visitado tanto por turistas nacionales como extranjeros, sobre todo para practicar el surf, pues sus olas brindan el ambiente adecuado para este deporte.

César Lindao es otro de los propietarios de una hospedería en el puerto. Él antes trabajaba en un laboratorio de larvas y llegaba a su casa cada 20 días. Pero ahora el negocio le ha permitido quedarse con su familia. .

“Mis esposa vende comida en el faro, yo la ayudo con la venta y administro la hospedería; estoy feliz porque ahora compartimos más tiempo juntos Lo que queremos es aumentar las habitaciones para mejorar nuestros ingresos”, dijo el microempresario, quien tiene alquilada su habitación por toda la temporada.

En el lugar se pueden apreciar a los jóvenes practicando surf. “Antes los muchachos de la localidad no practicaban este deporte, pero con la afluencia de turistas internacionales han empezado a integrar competencias y se están incorporando a la actividad”, dijo Villón.

Por ello, se realizarán competencias con el fin de difundir este destino para el surf.

Datos

* La comunidad cuenta desde hace un año 6 meses con energía eléctrica.
*Las cabañas, denominada scasas surf, tienen entrada y baño independiente.
*Está compuesta de un televisor, ventilador, 1 cama de dos plazas, una litera y en ocasiones un sofá cama.
* Cuando llegan parejas y es temporada alta los propietarios de las casas cobran por el valor total de la capacidad de los cuartos. Es decir, 4×7=28 dólares.
*La comunidad espera que alguna autoridad los ayude con el arreglo de la carretera de acceso al lugar

Turismo Guayaquil

1. El Malecón del Salado – Guayaquil Turismo .
Gran Obra de Regeneración más romántico que el malecón 2000.

2. El Parque Lineal al lado del Malecón del Salado – Guayaquil Turismo
Una obra de arquitectura donde se mezcla naturaleza y el estero salado.

3. Las Peñas y El Faro – Guayaquil Turismo
Ya es un lugar turístico que califica entre los más bonitos en el mundo.

4. El Museo del Banco Central – Guayaquil Turismo
ya tiene una exhibición mucho más amplia y extensa de nuestra cultura.

5. Los dos túneles nuevos de la ciudad – Guayaquil Turismo
Uno por el cerro San Carmen, y por el cerro San Eduardo.

6. La zona rosa – Guayaquil Turismo
Por la calle Rocafuerte en el centro varias discotecas y bares en ese sector que no existía hace cinco años, refleja la vida nocturna de guayaquil.

7. Centro Comerciales – Guayaquil Turismo
Rió centro Sur, Policentro, Mall del Sol, los centros comerciales de samboromdon, la bahia son opción para ir de compras

8. La Metrovía – Guayaquil Turismo
En la calle Boyacá bien para dar una vuelta por la ciudad y ver cómo ha cambiado, un buen sistema de transporte economico, recomendeble en hora no pico.

9. La regeneración de la calle 9 de Octubre – Guayaquil Turismo
Ya los cables están bajo tierra, y hay muchas tiendas nuevas que dan un ambiente de otro centro comercial.

10. El Parque Histórico – Guayaquil Turismo
En el sector de la puntilla, el parque renovado es un gran sitio para conocer la historia de Guayaquil.

Si quieres un Guía Turístico Privado puedes consultar Yolanda Nuñez enviando un correo a [email protected]

Guayaquil, Ciudad ubicada en el Golfo de Guayaquil, mayor accidente geográfico en la costa de Sudamérica, a orillas del Río Guayas, es el más grande de la costa Pacífica de las Américas.

 

Rodeada de brazos de mar y colinas, su belleza natural y su bosque seco tropical la convierten en uno de los mejores destinos del mundo para el ecoturismo, especialmente para los observadores de aves. Dentro de la misma ciudad, en sus parques-jardines, especialmente en el Malecón, a orillas del Río, se pueden observar más de 150 variedades de aves, muchas de ellas endémicas, es decir únicas en el mundo.

Guayaquil, Ciudad privilegiada por estar a nivel del mar, con su clima tropical benigno todo el año, es lo que se conoce como un destino light, es decir, donde se puede viajar ligero de equipaje, ya que no se exige corbata ni chaqueta en restaurantes o lugares de visitas turísticas. Como es un excelente destino de compras, sus equipajes pueden regresar con artículos tallados de madera de balsa, tagua (marfil vegetal), cerámicas, tejidos y joyería, así como variedad de obras de arte en cuadros y pinturas.

Guayaquil es Historia:

En Guayaquil y sus alrededores se ubicó las más antigua cultura de las Américas, la Cultura Valdivia, que data de 3900 años AC y cuenta con los primeros registros de cerámicas y pueblos, así como la maravilla de sus navegantes y comerciantes con sus balsas que transportaban hasta 10 tn de mercancía, utilizando técnica de timones múltiples que les permitían navegar contra corriente comerciando desde la Tierra de Fuego, al sur, hasta el imperio azteca en México.

La colección de piezas arqueológicas se pueden observar en todos los museos de la Ciudad siendo, ésta colección, la más grande de Latinoamérica en su tipo, así como los de piezas de oro.

Guayaquil combina sus casi 500 años de historia, (reflejados en su barrio colonial de las Peñas y Cerro Santa Ana) con su mirador, capilla y su faro, desde donde se puede tener una visión de 360º de toda la Ciudad, sus ríos, colinas y brazos de mar.

El imponente río Guayas, baña la ciudad de sur a norte, en compañía de los esteros salados, Turismo Guayaquil

Guayaquil es una suma de culturas del Ecuador y del mundo, que se reflejan en las variedades de restaurantes y ofertas gastronómicas, donde se combina la riqueza de sus productos de mar (langostas, camarones, cangrejos) con todas las delicias de la tierra, ente ellas las exóticas frutas tropicales.

Guayaquil, ciudad segura para el turista

Dentro de los grandes programas de Regeneración Urbana que lleva el Municipio de Guayaquil, está el denominado Más Seguridad.

Este programa abarca todas las áreas turísticas de Guayaquil, con la Policía Metropolitana de la Ciudad, además de la protección que brinda la Policía Nacional. Se han instalado más de 100 cámaras de televisión de vigilancia las 24 horas del día, en sitios estratégicos y las diferentes fuerzas de seguridad están comunicadas por radio, por lo tanto, cubre la visita de cualquier turista a las áreas protegidas: Museos, jardines y Parques, Centro Renovado de la Ciudad, Cerro Santa Ana y Mirador, Malecón 2000 (3 km de camino junto al río, con museos, centros comerciales, restaurantes, jardines, etc.) . En el resto de la ciudad se deben tomar las precauciones necesarias de cualquier otra gran ciudad del mundo.

Guayaquil es arte popular

En todos los murales de sus pasos elevados y en muchas de las fachadas de los edificios donde se lucen obras de arte, lo que la hace a su vez única por su originalidad.

 Guayaquil es deportes, tiene uno de los 20 estadios de fútbol más grandes del mundo (85,000 espectadores), excelentes campos de golf, tenis y todos los deportes de mar en sus maravillosas playas ubicadas a una hora de distancia de la Ciudad. Cuenta con 10 records mundiales en pesca deportiva, excelentes playas para surf (Montañita) y otros deportes de mar.

Guayaquil es una suma de culturas del Ecuador y del mundo, que se reflejan en las variedades de restaurantes y ofertas gastronómicas, donde se combina la riqueza de sus productos de mar (langostas, camarones, cangrejos) con todas las delicias de la tierra, ente ellas las exóticas frutas tropicales.

Guayaquil, ciudad segura para el turista

Dentro de los grandes programas de Regeneración Urbana que lleva el Municipio de Guayaquil, está el denominado Más Seguridad.

Este programa abarca todas las áreas turísticas de Guayaquil, con la Policía Metropolitana de la Ciudad, además de la protección que brinda la Policía Nacional. Se han instalado más de 100 cámaras de televisión de vigilancia las 24 horas del día, en sitios estratégicos y las diferentes fuerzas de seguridad están comunicadas por radio, por lo tanto, cubre la visita de cualquier turista a las áreas protegidas: Museos, jardines y Parques, Centro Renovado de la Ciudad, Cerro Santa Ana y Mirador, Malecón 2000 (3 km de camino junto al río, con museos, centros comerciales, restaurantes, jardines, etc.) . En el resto de la ciudad se deben tomar las precauciones necesarias de cualquier otra gran ciudad del mundo.

Guayaquil es arte popular

En todos los murales de sus pasos elevados y en muchas de las fachadas de los edificios donde se lucen obras de arte, lo que la hace a su vez única por su originalidad.

Guayaquil es deportes, tiene uno de los 20 estadios de fútbol más grandes del mundo (85,000 espectadores), excelentes campos de golf, tenis y todos los deportes de mar en sus maravillosas playas ubicadas a una hora de distancia de la Ciudad. Cuenta con 10 records mundiales en pesca deportiva, excelentes playas para surf (Montañita) y otros deportes de mar.

Guayaquil es la alegría de las noches en sus casinos, bares y discotecas, y todo ello es el marco ideal para las facilidades que ofrece como ciudad de ferias, congresos y convenciones.

El Recinto Ferial de Durán, Expoplaza, facilidades de sus hoteles de lujo, teatros Centro Cívico y Centro de Arte, y los diferentes auditorios de congresos ofrecen facilidades desde 500 a 3500 personas.

Guayaquil es puerto de compras

Cuenta con más de 15 modernísimos centros comerciales, además de los mercados populares (flea markets-bahías) donde se encuentran productos de todo el mundo, gracias a la combinación de su puerto y aeropuerto intercontinentales, operables 24 horas, 365 días del año.

Guayaquil es una ciudad que ofrece más en su belleza urbana y su naturaleza. Es la puerta de entrada y puerto del Ecuador, y la clave para visitar Galápagos, por eso la Ciudad encierra en sí toda la magia del Pacífico Sur.

Tours:

  • Panorámico de la Ciudad
  • Cultural, histórico / Museos / Parque Histórico
  • Ecoturismo:  Parque Lago / Jardín Botánico / Parque Histórico, Cerro Blanco, Manglares de Churute
  • Tour de Compras
  • Diversos centros comerciales, mercados populares y artesanales
  • Tour de Museos
  • Iglesias, Monumentos (Cementerio General)
  • Tour a Playas y Deportes de Mar
  • Tour a las Haciendas Tropicales:  cacao, café y banano
  • Tour para Observadores de Aves
  • Tour para navegar por el Río y brazos de Mar
  • Tour para amantes de vida nocturna y casinos

Consejos Generales

La mejor época para visitar Guayaquil:

Mayo a diciembre: estación seca y clima templado

Enero a abril: lluviosa, encanto para los que disfrutan de la abundancia del trópico, con clima más cálido. Es temporada de playas, donde se disfruta mejor de los encantos playeros y del mar (Vacaciones escolares).

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